Me fascinó ver que esos hombres y mujeres supieran tanto como para conocer el alma de las personas, dado que toda nuestra humanidad está en el alma: sentimientos, ideas, imaginación... todo.
Hasta que me di cuenta de que, aunque estos pensadores y escritores eran muy inteligentes y sabían mucho, solo inspeccionaban las llagas de su propio interior. Y se valían de sus propios traumas y dolores para empezar, desarrollar y concluir grandes razonamientos filosóficos.
Ellos no eran "conocedores del alma humana", pues no podían conocer siquiera la suya propia. Pero sí buscaban respuestas a su dolor en vez de lamentarse y culpar a cualquier otro de su desdicha. Y es que, pese a no conocer del todo el alma humana, intentar indagar en una sola les convierte en un ser sabio y equilibrado.
Por eso creo que a partir de ahora, teniendo en cuenta todo lo tratado anteriormente, llamaré a estos grandes escritores y pensadores "investigadores del alma propia".
Ellos no eran "conocedores del alma humana", pues no podían conocer siquiera la suya propia. Pero sí buscaban respuestas a su dolor en vez de lamentarse y culpar a cualquier otro de su desdicha. Y es que, pese a no conocer del todo el alma humana, intentar indagar en una sola les convierte en un ser sabio y equilibrado.
Por eso creo que a partir de ahora, teniendo en cuenta todo lo tratado anteriormente, llamaré a estos grandes escritores y pensadores "investigadores del alma propia".
Un argumento de lo mas cautivo. Prisionero de mi alma, róbame el catastreo de tu bolsillo.
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