cuerdo?
Paciente 2: El más loco es aquel que por tan loco pierde hasta su cordura.
Paciente 1: No. La cordura nadie la consigue, y son pocos los que pueden decir lo contrario.
Paciente 2: Pues yo la alcance una vez pero me duró bien poco.
Paciente 1: ¿Sí? Yo tuve una vez la oportunidad de cogerla pero estaba demasiado ocupado siendo
feliz.
Paciente 2: La felicidad sí que es fácil alcanzar. Solo tienes que dejar de pensar en los demás para
pensar en tí mismo.
Paciente 1: ¿Sí?
Paciente 2: Sí.
Paciente 1: Sí.
Paciente 2: Sí.
Paciente 1: No. La felicidad también es pensar en los demás, en ser generoso y amable.
Paciente 2: Cada vez que pienso en los demás, soy generoso y amable me acaban jodiendo.
Paciente 1: ¿Por qué?
Paciente 2: Porque con las personas que eres generoso y amable no puedes serlo del todo. No
sabes exactamente lo que quieren, y yerras en tu generosidad y amabilidad convirtiéndolo
en incordio.
Paciente 1: Pero la intención es lo que cuenta.
Paciente 2: La intención cuenta poco si las cosas no acaban bien.
Paciente 1: ¿Y cómo sabes que las cosas acaban bien?
Paciente 2: Cuando la mayoría está conforme sabes que has obrado bien. De lo contrario has hecho
mal.
Paciente 1: ¿Y si esa mayoría se equivoca?
Paciente 2: Si esa mayoría se equivoca tú y yo no deberíamos estar aquí encerrados.
chacho, que guapo....
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