Medito sobre lo que quiero escribir
y la tinta se dibuja sobre el papel.
Mientras me acaricia la brisa
mi bolígrafo va guiando en la celulosa
los pensamientos clavado en mi sien.
Estruendoso el chasquido en mi espalda
al colocarse en vertical al suelo.
Muy cerca apremia el cansancio
gracias a los grillos y su canto sedante;
Fijo mi mirada en un punto del cielo.
Mi escritura de ritmo allegro
se convierte en andante.
Todo lo que ahora haga, directa
o indirectamente, se verá reflejado.
Aunque no me importa plasmar
divagaciones de un atardecer;
pues sea rendido o descansado,
las palabras muestran
nuestro verdadero ser.
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