jueves, 30 de mayo de 2013

En mi memoria

<<Recuerdo ir con mi abuelo cuando era niño. Y recuerdo que no me gustaba llegar a ese inhóspito acantilado, rebosante de sonidos fuertes y penetrantes.El viento silbaba con furia y las olas golpeaban violentamente las rocas. Aún no sé porqué volví a aquel lugar. Lo recordaba tan estresante.
Igual regresé para honrar a mi abuelo el día de su muerte. O tal vez para despedirme de un viejo recuerdo. Pero, cuando llegué a ese acantilado, me embriagué de serenidad. Era como lo recordaba; un sol solitario clavándose en mis pupilas, unas olas pendencieras arrollando el litoral con vehemencia, y un impetuoso vendaval en constante queja.
Me senté y disfruté, por primera vez, de aquel recuerdo de mi niñez. Apoyé la cabeza en el muro en el que estaba sentado, y divisé la línea recta que separa el celeste del cielo del azul del mar. Aquel acantilado ya no era el lugar que yo recordaba, se convirtió en un lugar donde poder relajarse. Así que dejé que el sol me atrapase poco a poco en el sopor que produce su calor, y cerré los ojos...>>



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