Inestables e inutilizados andamios
que inundan de metal las calles
junto a edificios incompletos.
Te elevarás durante años
hasta encontrar detalle
de tus dueños satisfechos.
Eres esqueleto del plano,
monumento fatal de la crisis
del ladrillo malgastado.
Representas el esfuerzo
de un país mal encaminado.
Pero tú no eres el problema.
Lo es nuestra doblegada
y contamina razón.
Que toma al jolgorio por lema.
Que toma la desgana con tesón.
Clamo a la cordura que caigas
como caen las rocas insostenibles al mar.
Grito impaciente el despertar
de una nueva etapa que deje esta en el olvido.
Ojalá que de nada nos valga
esta contradicción y desazón moral.
Y que nuestra responsabilidad
recuerde todo el sufrimiento vivido.
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