viernes, 27 de junio de 2014

Noche de verano

Una noche cálida, tranquila. 
Una noche en la que Celsius supera la mayoría de edad. 
Una noche larga, no por el número de horas, 
sino más bien porque la temperatura 
y el cantar de los grillos propician el insomnio.

Una noche para estar a la intemperie, esperando 
impaciente el dulce beso de los mosquitos. 
Una noche para disfrutar de todo lo que se 
puede hacer por el día, pero sin la luz del sol.

Una noche en la que la brisa te acaricia la espalda y 
te susurra al oído canciones inefables. 
Una noche para sentarse en una mesa de plástico
 al borde del mar y jugar a las cartas.

Una noche en la que quedarte dormido contando estrellas y no ovejas. 
Una noche para disfrutar del calor del verano sin sufrir quemaduras. 
Una noche en la que la salida del sol anuncia el fin de la vigilia.



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