miércoles, 19 de junio de 2013

Historia de un vagabundo II

Nuestro vagabundo se resguarda en un zaguán para huir del calor insoportable de un verano demasiado cálido. Sorteando poco a poco el sol entre las sombras de los edificios, camina sin rumbo para encontrar alimento. Sabe que es difícil encontrar nada que llevarse a la boca, las calles están muy limpias y los contenedores bien cerrados, como si los demás no quisieran que nuestro vagabundo sobreviviese a este día.

Sigue caminando, cansado por el ejercicio y exhausto por el calor. Se acomoda entre los arbustos de un parque, están templados. Poco a poco un niño se acerca, con la inocencia que solo sabe dar los pocos años de existencia. Le ofrece a nuestro vagabundo un zumo que ni siquiera a probado, dejándolo caer para que pueda ser aprovechado por nuestro desvalido trotamundos. Y mientras se alimenta, el niño acaricia suavemente la cabeza del hambriento pero agradecido vagabundo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario