Verte alivia la esperanza
de un corazón marchito.
Saborearte supondría
cumplir un deseo infinito.
Acaricio tus mejillas con mi imaginación,
pues mi manos son prisioneras del miedo.
Noche a noche obtengo en mis sueños ocasión
de con Morfeo alcanzar el desenfreno.
te acercas y me alejo,
hablas y me callo,
susurras y me estremezco,
sonríes y caigo.
Si siempre será así prefiero confesar.
Sin suerte mi corazón romperás,
y con ella solo me humillarás.
Un precioso verso
ResponderEliminarSi soy retrasado, y creo que el poema entero, el genero literario, se llama verso
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